Saltos en paracaídas, conciertos, jornadas de meditación y otros originales eventos tienen lugar hoy alrededor del Viejo Continente con motivo del Día Mundial de los Animales.

Europa vio surgir la fecha hace casi cien años y en cada uno de sus países se multiplican originales ideas de apoyar una misma causa: reivindicar el bienestar de todos los animales. Esta categoría también nos incluye y, como la situación del resto de animales depende casi en exclusiva de nuestra especie, muchas instituciones educativas se suman a la celebración.

En España, por ejemplo, una escuela de idiomas en Fuerteventura ha organizado charlas, competiciones de dibujo y un concurso de pósters sobre animales en peligro de extinción junto a la asociación El Capitán Animal.

En Alba Regia (Hungría), los vecinos están invitados a participar en una marcha con antorchas por la ciudad. La organización Animal Free Research UK patrocina un salto en paracaídas y el dinero recaudado será destinado a la investigación médica que promueve técnicas para reemplazar los experimentos con animales. Trieste (Italia), acogerá el domingo un congreso donde intervendrán el alcalde de la ciudad y otros representantes políticos. En Chipre, la primera dama, Andri Anastasiadou, auspicia un concierto en el palacio presidencial. Los fondos recaudados se destinarán a la esterilización de perros y gatos de familias con bajos ingresos.

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La historia del Día Mundial de los Animales

Desde 2003, cada 4 de octubre se celebra el Día Mundial de los Animales. La iniciativa fue propuesta por la Fundación Naturwatch y está reconocida por las Naciones Unidas, pero sus orígenes se remontan a principios del siglo XX.

El escritor alemán Heinrich Zimmermann, un reconocido activista y editor de la publicación Mensch und Hund (Hombre y perro, en español) impulsó la idea en 1925. Zimmermann organizó un evento que reunió a más de 5 000 personas en el Palacio de los Deportes de Berlín. Ese primer año, sin embargo, la conmemoración tuvo lugar el 24 de marzo. Desde el principio se pensó en el 4 de octubre para coincidir con la festividad de San Francisco de Asís, patrón del medio ambiente y los animales. Pero aquel año el estadio no estaba disponible en dicha fecha y ningún otro lugar podía acoger a tanto aforo. Al final, la cita no se trasladó a octubre hasta 1929.

 

Artículo escrito por Aída Cerón para ProVeg España.