Alimentación
Niños y alimentación vegetal
marzo 1, 2020
Los niños y una alimentación vegetal puede ser un tema que nos asuste al principio, pero no tienes por qué preocuparte. De hecho, puede ser una forma estupenda de descubrirles un mundo de sabores y texturas, además de los innegables beneficios nutricionales.
A lo mejor esta imagen te es familiar: un niño con el ceño fruncido frente a un plato lleno de coles de bruselas, negándose a comer un solo bocado. Pero, no todos los niños son quisquillosos con la comida: ¡algunos niños pequeños comen su avena integral con gusto y aman el brócoli crudo!
Sin embargo, con otros niños, hace falta un esfuerzo extra para que las verduras resulten irresistibles.
La directora de ProVeg Holanda, Veerle Vrindt, y madre de una hija de seis años comparte sus cinco mejores consejos sobre cómo hacer que los niños coman más alimentos a base de plantas.
Seduce con color de la comida
Los niños son muy visuales y estarán más interesados en alimentos que se vean coloridos e interesantes.
Crea formas divertidas con trozos de frutas y verduras, y elige combinaciones de colores brillantes, tu hijo se verá el plato con más interés.
Crea un poco de “arte” con la comida: prueba una mandarina en forma de sol (un clásico para mi hija) o ponle ojos a una cabeza de brócoli al vapor con aceitunas y un punto de mayonesa vegana. También puedes ser creativo y convertir un sándwich aburrido en un ‘caracol’, usando tiras de pepino y pimientos asados, o enrollar el sándwich y cortarlo en rollos de ‘sushi’.
Las ideas simples pueden marcar la diferencia al despertar la curiosidad de un niño y tentarlo a que muerda.
Haz que las verduras sean divertidas (de nuevo)
¿Tu hijo tiene dificultades con la mayoría de las verduras o se niega a comer ciertas verduras por sí mismo? En lugar de obligar a tu hijo a comer las verduras, prueba un enfoque diferente.
Para la mayoría de los niños, las verduras con sabor suave entran más fácilmente: pruebe el calabacín, la patata, el brócoli o la zanahoria. Las verduras de tamaño pequeño también pueden ser un éxito para los niños: tomates cherry, mini zanahorias o mini pepinos.
Si el sabor es un poco fuerte o desconocido, vaporiza ligeramente las verduras o córtalas en trozos pequeños y enróllalas en una brocheta, alternando con trozos de fruta. O combina una comida que le guste a tu hijo con una nueva verdura a la que aún no esté acostumbrado.
Asegúrate de saber qué es lo que le gusta a tu hijo
Puede parecer obvio, pero sigue preguntando a tu hijo qué le gusta. Los gustos de los niños pequeños pueden cambiar mucho, y lo que tu niño aparta a un lado hoy puede convertirse en una comida favorita dentro de un año.
Si tu hijo indica que no le gustan ciertos vegetales, trata de averiguar si realmente es el vegetal el problema. Tal vez encuentren la comida demasiado salada o demasiado picante, en cuyo caso, se fácil con las hierbas y especias. O tal vez no les gustan las hojas de espinaca crudas, pero les gustan mezcladas en un estofado o cocinadas en un wok con un poco de nata vegetal para cocinar.
¿Tu hijo tiene miedo a las cosas nuevas? Prueba algunas formas de disfrazar esos vegetales como golosinas. ¿Qué tal un brownie de remolacha, un bizcocho de calabacín o una base de pizza de calabaza?
Servir alimentos vegetales en moldes para muffins o cocinar verduras dentro de un hojaldre también puede funcionar bien para niños pequeños. Cada vez que le traigo un panecillo de remolacha en un molde de cupcake rosa brillante, mi niña no para de sonreír. Además, los batidos morados con arándanos, frambuesas y un puñado de col rizada la hacen muy feliz.
Descubre el punto adecuado de cocción
Estamos muy acostumbrados a la verdura extremadamente cocinada, casi sin textura y sin sabor, esto no nos gusta ni a los adulta, ¿cómo les va a gustar a los niños?
Prueba a cocinar verdura más al dente o a hacerla en un wok.
Convierte la comida y la cocina en una aventura.
Si deseas que tu hijo tenga una buena relación con la comida, un enfoque lúdico es esencial.
No uses la comida que no le gusta para castigar o la que sí le gusta para recompensar su comportamiento, más bien, haz de la comida y comer una aventura.
Explora diferentes gustos, olores y colores , y ayuda a su hijo a familiarizarse con el maravilloso mundo de la comida. Iros de compras juntos y dale a tus hijos la lista de compras para que puedan explorar el supermercado. Si aún no pueden leer, pasa un tiempo con ellos haciendo dibujos de los alimentos antes de salir.
Involucra a tu hijo en la preparación de los alimentos. Por supuesto, un niño pequeño no debe tener un cuchillo afilado en sus manos, pero un niño de cuatro años puede manejar un vegetal bajo la supervisión de un adulto. Haz que tu niño pequeño decore un pastel o mezcle la masa para tortitas veganas contigo.
Sí, será un proceso más lento, y puedes terminar con más tareas de limpieza después, pero entrena tu paciencia y tómalo como un tiempo de calidad, ¡tu hijo solo es niño una vez y seguro que recuerda estos momentos cuando sea mayor!
También puedes hacer las cosas más acogedoras en la mesa jugando un juego: turnarse para adivinar qué ingredientes hay en la sopa o jugar ‘¿Ves lo que yo veo?’ con los colores en tu plato. Al dar un buen ejemplo para tu hijo, contribuirás a una vida de placer de alimentación saludable.
Planta un huerto y haz del proceso algo divertido
Muéstrale a tu hijo de dónde provienen los vegetales comenzando un huerto juntos.
Empecé con mi hija un jardín de un metro cuadrado en el balcón y algunos botes en la cocina. Mi pareja ayuda a mi hija a plantar y regar los esquejes, y juntos miramos videos de YouTube sobre huertos orgánicos y verificamos si hay caracoles entre las hojas de col rizada antes de comenzar a cocinar.
Ella lo disfruta aún más cuando es la primera en probar sus propias cosechas de frutas y verduras. Desde que comenzamos nuestro huerto, ella parece ser más consciente de cuánto tiempo lleva cultivar alimentos, y no tira los alimentos tan fácilmente.