Medioambiente
Un informe sobre el clima reconoce la importancia de las dietas basadas en vegetales
octubre 9, 2018
El IPCC ha publicado un informe crucial sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 °C. En él se incluye el papel que puede desempeñar la dieta en el logro de los objetivos del clima. ProVeg ha participado aportando datos sobre el consumo de alimentos de origen animal.
El IPCC desempeña un papel importante a la hora de proporcionar una visión científica del cambio climático. A través de evaluaciones periódicas, la organización proporciona a los responsables de la toma de decisiones la información de mayor interés para las políticas públicas.
El informe especial sobre el impacto del calentamiento global de 1,5 °C es uno de los documentos más importantes de la historia del IPCC. Señala la gravedad del cambio climático, pero también propone posibles soluciones para mitigar el problema. Así como adaptaciones a los cambios que ya son inevitables, define el camino hacia un Acuerdo de París seguro. A la vez, proporciona conocimientos cruciales a los responsables de la toma de decisiones sobre las soluciones más competentes.
El informe aborda las dietas vegetales
Uno de los principales impulsores del cambio climático es nuestro sistema alimentario. Este aporta hasta el 29 % de todos los gases de efecto invernadero, pero al mismo tiempo ofrece grandes remedios. Los niveles previstos de producción y consumo de productos animales hacen a los objetivos de 1,5 °C y 2 °C poco realistas. Como tal, el logro de estos objetivos requerirá un cambio global en los hábitos alimenticios.
ProVeg celebra la inclusión de dietas sostenibles y saludables en el informe como parte de medidas rentables contra el cambio climático. El texto reconoce que el cambio hacia dietas con una menor proporción de calorías de origen animal constituye un paso crucial para alcanzar la meta. De hecho, dicha transición podría contribuir con una quinta parte a mantener el calentamiento por debajo de los 2 °C. Las investigaciones muestran que la adopción mundial de estas dietas podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con los alimentos hasta en un 70 % para el año 2050. Esto demuestra que los cambios hacia la alimentación vegetal son una medida simple y efectiva.
Una reducción de los alimentos de origen animal no solo reduciría la carga sobre nuestro clima, sino que liberaría valiosas tierras cultivables. Lo que significa que podrían ponerse a disposición de los cultivos destinados al consumo humano directo. La justicia alimentaria y otros beneficios colaterales, que también cumplen varios objetivos de desarrollo sostenible, se reconocen en el informe.
Las Naciones Unidas deben dar prioridad a las emisiones del sistema alimentario mundial
El cambio debería fomentarse mediante estrategias políticas para reducir la producción y el consumo de productos de origen animal en las sociedades industrializadas. Y a la vez para limitar la tendencia hacia un mayor consumo de estos productos en las sociedades en desarrollo.
Pedimos a los Estados de la ONU que den prioridad a la reducción de las emisiones del sistema alimentario mundial. Les instamos a que aborden esta cuestión durante las negociaciones internacionales y a que la tengan en cuenta al formular sus planes de acción nacionales sobre el cambio climático.
Referencias bibliográficas:
Vermeulen, S. J. et al. (2012): Climate Change and Food Systems. Annual Review of Environment and Resources 37, p.195–222 |
Bajželj, B., J. M. Allwood & J. M. Cullen (2013): Designing Climate Change Mitigation Plans That Add Up. Environ Sci Technol. 47, p.8062–8069 |
Créditos de la imagen: IISD/ENB (Sean Wu)