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La nueva política alimentaria de la UE es “una gran oportunidad perdida”, según Proveg
21 mayo 2020
La estrategia “De la granja a la mesa” ignora los objetivos de reducción de producción y consumo de carne y lácteos.
La estrategia de la UE “De la granja a la mesa” (“Farm to fork”, en su nombre original), que describe una hoja de ruta política hacia un sistema alimentario más sostenible, se ha publicado hoy ignorando en gran medida el impacto ambiental de la producción de productos animales. Pese a lo esperado por organizaciones como ProVeg Internacional, el texto no establece objetivos de reducción de carne y lácteos.
“De la granja a la mesa” es un elemento clave del Green Deal, una estrategia de crecimiento económico sostenible que tiene como objetivo hacer que Europa sea neutral en carbono para 2050. La Comisión Europea había reconocido previamente el impacto de la ganadería en el medio ambiente y la salud pública, y se esperaba que la estrategia hoy publicada hiciera un mayor hincapié en este problema y planteara propuestas concretas para abordarlo. Sin embargo, no ha sido así.
“El impacto medioambiental de la ganadería se ha ignorado de nuevo. El enfoque de esta estrategia supone una decepción para quienes queremos un sistema alimentario sostenible. La propuesta no está a la altura de nuestras expectativas”, lamenta Cristina Rodrigo, directora de ProVeg España. “Confiábamos en que se presentaran medidas más ambiciosas y necesarias, como dejar de estimular la producción y el consumo de carne”.
“Sin tomar medidas directas sobre la sobreproducción de productos animales, ni siquiera podemos tener la esperanza de transformar nuestro sistema alimentario. Los objetivos de reducción de carne y lácteos son esenciales para que la Comisión Europea tenga éxito en su política alimentaria; sin ellos, el plan para hacer que Europa sea neutral en carbono para 2050 probablemente fracasará. Esta es una gran oportunidad perdida y desde ProVeg instamos a la Comisión a que reconsidere sus planes”, agrega Rodrigo.
La cría de animales es una de las principales causas del cambio climático y es responsable de aproximadamente el 14,5 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según la FAO. Tanto el reciente informe especial del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU como el informe de la Dieta de Salud Planetaria de la Comisión Eat Lancet, recomiendan las dietas basadas en plantas como una gran oportunidad para mitigar y adaptarse a la crisis climática.
Además de no incluir los objetivos de reducción de carne y lácteos, la Comisión Europea tampoco ha prestado atención a otras propuestas de políticas estratégicas como un cambio en el reparto de las ayudas al sector pecuario, que se alejen de la ganadería industrial hacia el cultivo de proteína vegetal, o un impuesto de sostenibilidad a la carne y los lácteos, sugerencias ambas recientemente formuladas por ProVeg Internacional.
Como nota positiva, la estrategia sí recoge la necesidad de adoptar dietas más basadas en plantas para disminuir los índices de obesidad y otras enfermedades civilizacionales, así como reducir el impacto medioambiental. También contempla la necesidad de proveer a los consumidores y consumidoras de la información necesaria para elegir productos saludables y sostenibles.