¡DETÉN LA PROHIBICIÓN DE LAS HAMBURGUESAS VEGETALES!
La Unión Europea está actualmente considerando la posibilidad de prohibir el uso de términos establecidos y ampliamente comprendidos como ‘hamburguesa’, ‘salchicha’ o ‘filete’ para productos de origen vegetal. Además, la propuesta de la UE también prohibiría términos relacionados con productos lácteos, como ‘estilo yogur’, ‘alternativa al queso’ o ‘sustituto de la mantequilla’.
El argumento principal para esta prohibición se basa en “evitar la confusión del/la consumidor/a”. Sin embargo, términos como ‘hamburguesa vegetal’ o ‘salchicha vegetal’ proporcionan información importante sobre el sabor y los usos que la gente puede esperar de un producto. Los consumidores compran productos de origen vegetal precisamente porque saben que estos productos ofrecen experiencias de sabor y funcionalidades similares a las de sus homólogos de origen animal.
Las restricciones propuestas estarían en contradicción directa con los objetivos declarados por la UE en el Acuerdo Verde Europeo y la Estrategia De la granja a la mesa de crear sistemas alimentarios más sostenibles y saludables. La Estrategia De la granja a la mesa establece explícitamente la necesidad de empoderar a las/os consumidoras/es “para que elijan alimentos sostenibles” y de facilitar “la elección de dietas saludables y sostenibles”.
¡Añade tu nombre y dile al Parlamento Europeo que no acepte la prohibición a las ‘hamburguesas vegetales’!
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¡DETÉN LA PROHIBICIÓN DE LAS HAMBURGUESAS VEGETALES!
El 1 de abril de 2019, como parte de una votación sobre la nueva Política Agrícola Común de la UE, la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo votó a favor de varias propuestas que restringirían aún más la libertad de la industria alimentaria para comercializar productos vegetales.
Las propuestas aceptadas, de ser aprobadas como ley, prohibirían a las empresas utilizar palabras como “hamburguesa vegetal” o “salchicha vegetal” en las etiquetas y los envases, y endurecerían las restricciones existentes sobre la denominación de los alternativas a los lácteos a base de plantas, prohibiendo incluso frases como “alternativa vegetal al queso”.
Esto supone una restricción injustificada sobre la comunicación comercial, ya que no protege el interés de las/os consumidoras/es ni de los fabricantes. El uso de denominaciones típicamente usadas para hablar de productos animales (por ejemplo, “hamburguesa”, “salchicha” o “queso”) en productos vegetales cumple una función importante, ya que comunica las características que buscan los/as consumidores/as al comprarlos. Las restricciones propuestas obstaculizarían innecesariamente los cambios positivos a nivel social y medioambiental creados por el mercado de productos vegetales, uno de los sectores de mayor crecimiento e innovación de la industria alimentaria en la actualidad.
Además, la prohibición no tiene un propósito informativo, ya que según un reciente estudio llevado a cabo entre más de 3.000 españoles y españolas, 8 de cada 10 personas saben diferenciar entre productos cárnicos y lácteos y sus alternativas vegetales como la leche vegetal, el queso vegano o la hamburguesa vegetal. Es decir, ni las/os consumidoras/es ni la industria alimentaria quieren o necesitan esta restricción, y tampoco los/as consumidores/as se sienten confundidos/as o engañados/as por los productos vegetales (que suelen estar claramente etiquetados). Los productos vegetarianos y veganos no pretenden imitar los productos animales con la intención de engañar a las/os consumidoras/es. En su lugar, estos productos son una respuesta a la creciente demanda de los/as consumidores/as de alternativas innovadoras a los productos animales. Las/os consumidoras/es compran productos de origen vegetal precisamente porque saben que estos productos ofrecen experiencias de sabor y funcionalidades similares a las de sus homólogos de origen animal, pero sin contener ningún ingrediente animal.
Hacemos un llamamiento urgente al Parlamento Europeo para que rechace estas propuestas al considerar la nueva Política Agrícola Común y para que ponga fin a otras políticas innecesarias que restringen la denominación de los productos vegetales.