COVID-19
Destrucción de ecosistemas y pérdida de biodiversidad, aumentando el riesgo de pandemias
diciembre 29, 2021
La aparición de una nueva enfermedad zoonótica es un proceso muy complejo en el que intervienen muchos factores. Sin embargo, hay ciertas actividades humanas que aumentan considerablemente la probabilidad de que se produzcan. Tres aspectos del comportamiento humano son especialmente devastadores y están relacionados con las interacciones entre humanos y animales en el contexto de la alimentación. En este articulo analizaremos el primer factor: la destrucción de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, lo que da lugar a un mayor contacto y a la propagación de virus a los seres humanos y a los animales de granja, propiciando así la aparición de pandemias.
La trayectoria de esta interacción es alarmante, dado el rápido crecimiento del apetito del mundo por las proteínas.1Spinney, L. (2020): Is factory farming to blame for coronavirus? The Guardian. Available at https://www.theguardian.com/world/2020/mar/28/is-factory-farm- ing-to-blame-for-coronavirus. [Accessed: 1.4.2020] Con un incremento del 15 % previsto en la producción de carne y leche para 20282OECD & FAO (2019): OECD-FAO Agricultural Outlook 2019-2028. OECD Publishing, Paris/ Food and Agriculture Organization of the United Nations, Rome. doi:10.1787/agr_out- look-2019-en doi:10.1787/agr_outlook-2019-en debido al crecimiento de la población humana y los niveles de prosperidad, por lo que se espera que el riesgo de que futuras pandemias se vuelvan más intensas y frecuentes, así como el impacto exacerbado de los riesgos relacionados con la alimentación. Este informe demuestra cómo estamos literalmente alimentando nuestro camino hacia la próxima pandemia y cómo un cambio en los sistemas alimentarios supone una estrategia de mitigación de riesgos de gran potencial.
Depender cada vez menos de la ganadería y de los productos animales puede ayudarnos a preservar los ecosistemas y la biodiversidad, reducir la interferencia con especies de animales salvajes y eliminar la necesidad de las granjas industriales que proporcionan un caldo de cultivo para la aparición y la expansión de las pandemias zoonóticas.
El cambio hacia un sistema alimentario mundial mejor, más sostenible y más resiliente que reemplace los productos animales por alternativas cultivadas y de origen vegetal, se encuentra entre las mejores opciones. Proporciona una solución a múltiples problemas que no solo mitiga los riesgos de futuras pandemias, sino que también contribuye a minimizar crisis paralelas como el cambio climático, el hambre en el mundo y la resistencia a los antibióticos.
Destrucción de ecosistemas y pérdida de biodiversidad
La salud de los seres humanos está directamente vinculada a la salud del planeta y todos los seres que lo habitan. Si bien la mayoría de las investigaciones son claras sobre la importancia de mantener los ecosistemas intactos, las actividades humanas no parecen reflejarlo. En lugar de eso, hay una explotación y disrupción de los ecosistemas siempre creciente, causando que la diversidad de las especies y los hábitats naturales de los animales se reduzcan continuamente.
La sexta extinción masiva: pérdida de biodiversidad causada por los seres humanos
Vivimos en medio de la sexta extinción masiva del planeta y estamos enfrentándonos a una rápida pérdida global de biodiversidad. Por primera vez en la historia del planeta, un evento de estas características ha sido causado por los seres humanos.3Ceballos, G., P. R. Ehrlich & R. Dirzo (2017): Biological annihilation via the ongoing sixth mass extinction signaled by vertebrate population losses and declines. Proceedings of the National Academy of Sciences 114(30), E6089–E6096. doi:10.1073/pnas.1704949114 Nuestras acciones han tenido un fuerte impacto en más del 75 % de la superficie terrestre,4IPBES (2018): The IPBES assessment report on land degradation and restoration. Montanarella, L., Scholes, R., and Brainich, A. (eds.). Secretariat of the Intergovernmental Sci- ence-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. Bonn, Germany. p.69 alterando significativamente la prevalencia y la composición de su flora y fauna. Una urbanización expansiva, además de un incremento en las actividades comerciales y de infraestructura, motivado por el incremento de las poblaciones y sus niveles de prosperidad, contribuyen significativamente a este fuerte impacto5Machovina, B., K. J. Feeley & W. J. Ripple (2015): Biodiversity conservation: The key is reducing meat consumption. Science of The Total Environment 536 419–431. doi:10.1016/j.scitotenv.2015.07.022 en los que la ganadería desempeña un rol central. Las regiones tropicales con una alta biodiversidad son particularmente vulnerables a esto, y están siendo afectadas por la suma de todos estos acontecimientos. Las consecuencias son dramáticas: más intrusiones y destrucción en los ecosistemas naturales significa una mayor exposición a virus desconocidos y un mayor riesgo de transferencia zoonótica.6Olival, K. J., P. R. Hosseini, C. Zambrana-Torrelio, et al. (2017): Host and viral traits predict zoonotic spillover from mammals. Nature 546(7660), 646–650. doi:10.1038/nature22975 7Jones, K.E., N.G. Patel, M.A. Levy et al. (2008): Global trends in emerging infectious diseases. Nature, 451, 990-993. https://doi.org/10.1038/nature06536 8Hassell, J. M., M. Begon, M. J. Ward, et al. (2017): Urbanization and Disease Emergence: Dynamics at the Wildlife–Livestock–Human Interface. Trends in Ecology & Evolution 32(1), 55–67. doi:10.1016/j.tree.2016.09.012
La ganadería: un impulsor clave en la destrucción de ecosistemas
La ganadería es uno de los motores clave del cambio de uso de la tierra en todo el mundo, ya que los bosques son talados para proporcionar espacio para los cultivos y los pastos para satisfacer la creciente demanda de carne.9Kissinger, G., M. Herold & De Sy, Veronique (2012): Drivers of Deforestation and Forest Degradation: A Synthesis Report for REDD+ Policymakers. Lexeme Consulting, Vancouver Canada 10FAO (2018): The State of the World’s Forests 2018 – Forest pathways to sustainable development. FAO, Rome 11Curtis, P. G., C. M. Slay, N. L. Harris, et al. (2018): Classifying drivers of global forest loss. Science 361(6407), 1108–1111. doi:10.1126/science.aau3445 12Poore, J. & T. Nemecek (2018): Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Science 360(6392), 987–992. doi:10.1126/science.aaq0216 13Maxwell, S. L., R. A. Fuller, T. M. Brooks, et al. (2016): Biodiversity: The ravages of guns, nets and bulldozers. Nature 536(7615), 143–145. doi:10.1038/536143a 14Machovina, B., K. J. Feeley & W. J. Ripple (2015): Biodiversity conservation: The key is reducing meat consumption. Science of The Total Environment 536 419–431. doi:10.1016/j.scitotenv.2015.07.022 Actualmente, el 70 % del agua fresca y el 50 % de la tierra habitable son usadas para la producción de cultivos y ganado,15UNESCO & UN-Water (2020): United Nations World Water Development Report 2020: Water and Climate Change. UNESCO, Paris. p. 5 16Ritchie, H. & M. Roser (2019): Land Use. Our World in Data. Available at https://ourworldindata.org/land-use. [Accessed: 22.5.2020] mientras que más del 80 % de las tierras de cultivo del mundo son utilizadas para la producción de carne, huevos y lácteos. Sin embargo, los productos de origen animal solo proporcionan un 18 % del consumo de calorías a nivel mundial.17Poore, J. & T. Nemecek (2018): Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Science 360(6392), 987–992. doi:10.1126/science.aaq0216
Comparada con otras formas de agricultura, la cría de ganado es particularmente ineficiente debido a su pobre tasa de eficiencia proteica (es decir, la cantidad de proteínas vegetales necesarias para producir un kilogramo de proteína animal comestible). Los animales de granja necesitan consumir entre 6 y 12,5 kg de proteínas vegetales para producir un solo kilogramo de proteína animal.18Pimentel, D. & M. Pimentel (2003): Sustainability of meat-based and plant-based diets and the environment. The American Journal of Clinical Nutrition 78(3), Oxford Ac- ademic, 660S-663S. doi:10.1093/ajcn/78.3.660S 19Boyd, C. E. Protein conversion efficiency in aquaculture « Global Aquaculture Advocate. Global Aquaculture Alliance. Available at https://www.aquaculturealliance.org/advocate/ protein-conversion-efficiency-in-aquaculture/. [Accessed: 20.5.2020] 20Shepon, A., G. Eshel, E. Noor, et al. (2016): Energy and protein feed-to-food conversion efficiencies in the US and potential food security gains from dietary changes. Environmental Research Letters 11(10), IOP Publishing, 105002. doi:10.1088/1748-9326/11/10/105002 El consumo de productos animales conduce a intromisiones masivas en los hábitats naturales, con rendimientos muy bajos.21Alexander, P., C. Brown, A. Arneth, et al. (2016): Human appropriation of land for food: The role of diet. Global Environmental Change. 41, p.88–98 22Shepon, A., G. Eshel, E. Noor, et al. (2018): The opportunity cost of animal based diets exceeds all food losses. PNAS. 115, National Academy of Sciences p.3804–3809
Disminución de la biodiversidad y aumento de la aparición de zoonosis
Actualmente hay una evidencia sustancial que muestra una clara correlación entre la intrusión humana en los ecosistemas y la destrucción resultante de sus hábitats, así como un incremento en el riesgo de transferencia patogénica. Los ecosistemas consisten en comunidades de plantas, animales y microorganismos, además de los componentes físicos y químicos de un medio ambiente o hábitat específico. Las interacciones entre todos los componentes de un ecosistema son altamente complejas, como lo son los efectos de la pérdida de biodiversidad en los patógenos, ya que sus ciclos biológicos, así como sus requerimientos climáticos y de anfitrión, pueden variar en gran medida.23Rohr, J. R., D. J. Civitello, F. W. Halliday, et al. (2020): Towards common ground in the biodiversity–disease debate. Nature Ecology & Evolution 4(1), 24–33. doi:10.1038/s41559-019-1060-6 Si bien algunos patógenos pueden estar muy especializados en relación con un anfitrión específico, hay otros que tienen un abanico más amplio de anfitriones y pueden cruzar la barrera entre especies más fácilmente.
Los hábitats intactos permiten una composición natural y una distribución espacial equilibrada de las especies, lo que puede resultar en una amplia diversidad de animales y patógenos.24Mollentze, N. & D. G. Streicker (2020): Viral zoonotic risk is homogenous among taxonomic orders of mammalian and avian reservoir hosts. Proceedings of the National Academy of Sciences 117(17), 9423–9430. doi:10.1073/pnas.1919176117 Si bien una diversidad alta de patógenos suena como un problema, parece que este no es el caso: la hipótesis del efecto de dilución propone que los hábitats intactos con una alta biodiversidad dificultan mucho más que patógenos como los virus se transmitan y encuentren anfitriones adecuados.25Keesing, F., L. K. Belden, P. Daszak, et al. (2010): Impacts of biodiversity on the emergence and transmission of infectious diseases. Nature 468(7324), 647–652. doi:10.1038/nature09575 26Khalil, H., F. Ecke, M. Evander, et al. (2016): Declining ecosystem health and the dilution effect. Scientific Reports 6(1), doi:10.1038/srep31314 27Rohr, J. R., D. J. Civitello, F. W. Halliday, et al. (2020): Towards common ground in the biodiversity–disease debate. Nature Ecology & Evolution 4(1), 24–33. doi:10.1038/s41559-019-1060-6 28Civitello, D. J., J. Cohen, H. Fatima, et al. (2015): Biodiversity inhibits parasites: Broad evidence for the dilution effect. Proceedings of the National Academy of Sciences 112(28), 8667–8671. doi:10.1073/pnas.1506279112 29Rohr, J. R., D. J. Civitello, F. W. Halliday, et al. (2020): Towards common ground in the biodiversity–disease debate. Nature Ecology & Evolution 4(1), 24–33. doi:10.1038/s41559-019-1060-6
El efecto de dilución: la versión de la naturaleza de la distancia social
Una de las razones para esto es que cuanto más diversa sea una comunidad biológica, mayor es la probabilidad de que haya especies individuales inmunes a un virus o no aptas como anfitrión. En hábitats con una gran biodiversidad, el número de individuos de la misma especie dentro de una población puede ser menor (debido a los mecanismos de regulación natural como la depredación o la competencia entre especies). Como consecuencia, los virus se transmiten de forma más lenta o son detenidos por barreras naturales. En otras palabras, el riesgo de que los patógenos se transmitan se ‘diluye,’ un poco como la versión de la naturaleza de la distancia social. Sin embargo, si un hábitat solo contiene unas pocas especies animales que son anfitriones potenciales para los virus, y esas especies animales son genéticamente muy similares (por ejemplo, como consecuencia de la interferencia humana sobre el medio ambiente), entonces el virus puede transmitirse fácilmente. Y puede volverse tan abundante que existe un riesgo incrementado de que evolucione y adquiera la habilidad de saltar la barrera entre especies e infectar a otras especies, incluyendo a los seres humanos.30King, K. C. & C. M. Lively (2012): Does genetic diversity limit disease spread in natural host populations? Heredity 109(4), 199–203. doi:10.1038/hdy.2012.33 31Parrish, C. R., E. C. Holmes, D. M. Morens, et al. (2008): Cross-Species Virus Transmission and the Emergence of New Epidemic Diseases. Microbiology and Molecular Biology Reviews 72(3), 457–470. doi:10.1128/MMBR.00004-08
El cambio climático: un multiplicador de riesgos
Junto con el crecimiento de la población humana y la destrucción antropogénica de los ecosistemas, el cambio climático también contribuye al incremento en la transmisión de patógenos de animales anfitriones a seres humanos.32Redding, D. W., L. M. Moses, A. A. Cunningham, et al. (2016): Environmental-mechanistic modelling of the impact of global change on human zoonotic disease emergence: a case study of Lassa fever. Methods in Ecology and Evolution 7(6), 646–655. doi:10.1111/2041-210X.12549 Las condiciones climáticas cambiantes, como la de las temperaturas medias más altas, pueden cambiar los hábitats tanto de los animales como de los patógenos.33Mills, J. N., K. L. Gage & A. S. Khan (2010): Potential Influence of Climate Change on Vector-Borne and Zoonotic Diseases: A Review and Proposed Research Plan. Environ- mental Health Perspectives 118(11), 1507–1514. doi:10.1289/ehp.0901389 34Slenning, B. D. (2010): Global Climate Change and Implications for Disease Emergence. Veterinary Pathology 47(1), 28–33. doi:10.1177/0300985809354465 35Ogden, L. E. (2018): Climate change, pathogens, and people. BioScience 68(10), 733–739. doi:10.1093/biosci/biy101 Esto incrementa aún más los desequilibrios en los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, lo que resulta en mayores riesgos de aparición de nuevas enfermedades infecciosas.36WHO (2018): Climate change and health. World Health Organization. Available at https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health. [Accessed: 20.5.2020] 37Jordan, R. (2019): How does climate change affect disease? Stanford University – Stanford Earth School of Earth, Energy & Environmental Sciences. Available at https://earth. stanford.edu/news/how-does-climate-change-affect-disease. [Accessed: 20.4.2020] Además, los cambios en el clima también pueden favorecer la transmisión de enfermedades transmitidas por vectores (enfermedades transmitidas por portadores como garrapatas o pulgas). Ejemplos alarmantes incluyen la malaria o el dengue, que ahora se están expandiendo a nuevas áreas geográficas porque los mosquitos que las transmiten están encontrando condiciones favorables en ellas.38Wu, X., Y. Lu, S. Zhou, et al. (2016): Impact of climate change on human infectious diseases: Empirical evidence and human adaptation. Environment International 86 14–23. doi:10.1016/j.envint.2015.09.007 39Peters, A., P. Vetter, C. Guitart, et al. (2020): Understanding the emerging coronavirus: what it means for health security and infection prevention. Journal of Hospital Infection 104(4), 440–448. doi:10.1016/j.jhin.2020.02.023 40Semenza, J. C. & J. E. Suk (2018): Vector-borne diseases and climate change: a European perspective. FEMS Microbiology Letters 365(2), doi:10.1093/femsle/fnx244 41Caminade, C., K. M. McIntyre & A. E. Jones (2019): Impact of recent and future climate change on vector‐borne diseases. Annals of the New York Academy of Sciences 1436(1), 157–173. doi:10.1111/nyas.13950 No hay duda de que el cambio climático es resultado de las actividades humanas. Uno de los principales motores del cambio climático es la ganadería, que contabiliza un 16 % de todas las emisiones de gases invernadero globales,195 además de contribuir en gran medida a la degradación medioambiental.
Una interacción destructiva, impulsada por nuestras elecciones alimentarias
Nuestras actividades medioambientalmente destructivas nos acercan más a los animales salvajes y a sus patógenos, con frecuencia desconocidos. Esto crea condiciones favorables para que los virus se transmitan, y, en última instancia, facilita el desarrollo de zoonosis peligrosas que tienen el potencial de convertirse en pandemias globales. Si a esta ecuación se añade el incremento en las temperaturas y las condiciones climáticas cambiantes, la amenaza se multiplica de forma sustancial.
Impactos profundos, pero escasa conciencia
Aunque hay un acuerdo extendido sobre los efectos destructivos de este intercambio, hay una conciencia alarmantemente escasa del hecho de que la ganadería es uno de sus motores principales. Cuando se hace hincapié en la preservación de los ecosistemas, los hábitats naturales y la biodiversidad, incluso los expertos con frecuencia fallan al establecer esta conexión. Esto es particularmente desafortunado ya que la ganadería contribuye sustancialmente tanto a la destrucción medioambiental como al cambio climático. A nivel mundial, criamos y sacrificamos a más de 75 mil millones de animales terrestres cada año,42Food and Agriculture Organization of the United Nations (2020): Livestock primary. FAOSTAT Database. Rome, Italy. Available at: http://www.fao.org/faostat/en/#data/QL [Accessed: 26.06.2020] y ese número crece continuamente. Criar, alimentar, procesar y transportar estas cantidades impresionantes de animales consume gran cantidad de recursos, incluyendo tierra y agua y, en consecuencia, conduce a impactos masivos en los ecosistemas a nivel mundial.
Referencias[+]
↑1 | Spinney, L. (2020): Is factory farming to blame for coronavirus? The Guardian. Available at https://www.theguardian.com/world/2020/mar/28/is-factory-farm- ing-to-blame-for-coronavirus. [Accessed: 1.4.2020] |
---|---|
↑2 | OECD & FAO (2019): OECD-FAO Agricultural Outlook 2019-2028. OECD Publishing, Paris/ Food and Agriculture Organization of the United Nations, Rome. doi:10.1787/agr_out- look-2019-en doi:10.1787/agr_outlook-2019-en |
↑3 | Ceballos, G., P. R. Ehrlich & R. Dirzo (2017): Biological annihilation via the ongoing sixth mass extinction signaled by vertebrate population losses and declines. Proceedings of the National Academy of Sciences 114(30), E6089–E6096. doi:10.1073/pnas.1704949114 |
↑4 | IPBES (2018): The IPBES assessment report on land degradation and restoration. Montanarella, L., Scholes, R., and Brainich, A. (eds.). Secretariat of the Intergovernmental Sci- ence-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. Bonn, Germany. p.69 |
↑5, ↑14 | Machovina, B., K. J. Feeley & W. J. Ripple (2015): Biodiversity conservation: The key is reducing meat consumption. Science of The Total Environment 536 419–431. doi:10.1016/j.scitotenv.2015.07.022 |
↑6 | Olival, K. J., P. R. Hosseini, C. Zambrana-Torrelio, et al. (2017): Host and viral traits predict zoonotic spillover from mammals. Nature 546(7660), 646–650. doi:10.1038/nature22975 |
↑7 | Jones, K.E., N.G. Patel, M.A. Levy et al. (2008): Global trends in emerging infectious diseases. Nature, 451, 990-993. https://doi.org/10.1038/nature06536 |
↑8 | Hassell, J. M., M. Begon, M. J. Ward, et al. (2017): Urbanization and Disease Emergence: Dynamics at the Wildlife–Livestock–Human Interface. Trends in Ecology & Evolution 32(1), 55–67. doi:10.1016/j.tree.2016.09.012 |
↑9 | Kissinger, G., M. Herold & De Sy, Veronique (2012): Drivers of Deforestation and Forest Degradation: A Synthesis Report for REDD+ Policymakers. Lexeme Consulting, Vancouver Canada |
↑10 | FAO (2018): The State of the World’s Forests 2018 – Forest pathways to sustainable development. FAO, Rome |
↑11 | Curtis, P. G., C. M. Slay, N. L. Harris, et al. (2018): Classifying drivers of global forest loss. Science 361(6407), 1108–1111. doi:10.1126/science.aau3445 |
↑12, ↑17 | Poore, J. & T. Nemecek (2018): Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Science 360(6392), 987–992. doi:10.1126/science.aaq0216 |
↑13 | Maxwell, S. L., R. A. Fuller, T. M. Brooks, et al. (2016): Biodiversity: The ravages of guns, nets and bulldozers. Nature 536(7615), 143–145. doi:10.1038/536143a |
↑15 | UNESCO & UN-Water (2020): United Nations World Water Development Report 2020: Water and Climate Change. UNESCO, Paris. p. 5 |
↑16 | Ritchie, H. & M. Roser (2019): Land Use. Our World in Data. Available at https://ourworldindata.org/land-use. [Accessed: 22.5.2020] |
↑18 | Pimentel, D. & M. Pimentel (2003): Sustainability of meat-based and plant-based diets and the environment. The American Journal of Clinical Nutrition 78(3), Oxford Ac- ademic, 660S-663S. doi:10.1093/ajcn/78.3.660S |
↑19 | Boyd, C. E. Protein conversion efficiency in aquaculture « Global Aquaculture Advocate. Global Aquaculture Alliance. Available at https://www.aquaculturealliance.org/advocate/ protein-conversion-efficiency-in-aquaculture/. [Accessed: 20.5.2020] |
↑20 | Shepon, A., G. Eshel, E. Noor, et al. (2016): Energy and protein feed-to-food conversion efficiencies in the US and potential food security gains from dietary changes. Environmental Research Letters 11(10), IOP Publishing, 105002. doi:10.1088/1748-9326/11/10/105002 |
↑21 | Alexander, P., C. Brown, A. Arneth, et al. (2016): Human appropriation of land for food: The role of diet. Global Environmental Change. 41, p.88–98 |
↑22 | Shepon, A., G. Eshel, E. Noor, et al. (2018): The opportunity cost of animal based diets exceeds all food losses. PNAS. 115, National Academy of Sciences p.3804–3809 |
↑23, ↑27, ↑29 | Rohr, J. R., D. J. Civitello, F. W. Halliday, et al. (2020): Towards common ground in the biodiversity–disease debate. Nature Ecology & Evolution 4(1), 24–33. doi:10.1038/s41559-019-1060-6 |
↑24 | Mollentze, N. & D. G. Streicker (2020): Viral zoonotic risk is homogenous among taxonomic orders of mammalian and avian reservoir hosts. Proceedings of the National Academy of Sciences 117(17), 9423–9430. doi:10.1073/pnas.1919176117 |
↑25 | Keesing, F., L. K. Belden, P. Daszak, et al. (2010): Impacts of biodiversity on the emergence and transmission of infectious diseases. Nature 468(7324), 647–652. doi:10.1038/nature09575 |
↑26 | Khalil, H., F. Ecke, M. Evander, et al. (2016): Declining ecosystem health and the dilution effect. Scientific Reports 6(1), doi:10.1038/srep31314 |
↑28 | Civitello, D. J., J. Cohen, H. Fatima, et al. (2015): Biodiversity inhibits parasites: Broad evidence for the dilution effect. Proceedings of the National Academy of Sciences 112(28), 8667–8671. doi:10.1073/pnas.1506279112 |
↑30 | King, K. C. & C. M. Lively (2012): Does genetic diversity limit disease spread in natural host populations? Heredity 109(4), 199–203. doi:10.1038/hdy.2012.33 |
↑31 | Parrish, C. R., E. C. Holmes, D. M. Morens, et al. (2008): Cross-Species Virus Transmission and the Emergence of New Epidemic Diseases. Microbiology and Molecular Biology Reviews 72(3), 457–470. doi:10.1128/MMBR.00004-08 |
↑32 | Redding, D. W., L. M. Moses, A. A. Cunningham, et al. (2016): Environmental-mechanistic modelling of the impact of global change on human zoonotic disease emergence: a case study of Lassa fever. Methods in Ecology and Evolution 7(6), 646–655. doi:10.1111/2041-210X.12549 |
↑33 | Mills, J. N., K. L. Gage & A. S. Khan (2010): Potential Influence of Climate Change on Vector-Borne and Zoonotic Diseases: A Review and Proposed Research Plan. Environ- mental Health Perspectives 118(11), 1507–1514. doi:10.1289/ehp.0901389 |
↑34 | Slenning, B. D. (2010): Global Climate Change and Implications for Disease Emergence. Veterinary Pathology 47(1), 28–33. doi:10.1177/0300985809354465 |
↑35 | Ogden, L. E. (2018): Climate change, pathogens, and people. BioScience 68(10), 733–739. doi:10.1093/biosci/biy101 |
↑36 | WHO (2018): Climate change and health. World Health Organization. Available at https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health. [Accessed: 20.5.2020] |
↑37 | Jordan, R. (2019): How does climate change affect disease? Stanford University – Stanford Earth School of Earth, Energy & Environmental Sciences. Available at https://earth. stanford.edu/news/how-does-climate-change-affect-disease. [Accessed: 20.4.2020] |
↑38 | Wu, X., Y. Lu, S. Zhou, et al. (2016): Impact of climate change on human infectious diseases: Empirical evidence and human adaptation. Environment International 86 14–23. doi:10.1016/j.envint.2015.09.007 |
↑39 | Peters, A., P. Vetter, C. Guitart, et al. (2020): Understanding the emerging coronavirus: what it means for health security and infection prevention. Journal of Hospital Infection 104(4), 440–448. doi:10.1016/j.jhin.2020.02.023 |
↑40 | Semenza, J. C. & J. E. Suk (2018): Vector-borne diseases and climate change: a European perspective. FEMS Microbiology Letters 365(2), doi:10.1093/femsle/fnx244 |
↑41 | Caminade, C., K. M. McIntyre & A. E. Jones (2019): Impact of recent and future climate change on vector‐borne diseases. Annals of the New York Academy of Sciences 1436(1), 157–173. doi:10.1111/nyas.13950 |
↑42 | Food and Agriculture Organization of the United Nations (2020): Livestock primary. FAOSTAT Database. Rome, Italy. Available at: http://www.fao.org/faostat/en/#data/QL [Accessed: 26.06.2020] |