gráfico transferencia zoonótica

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La COVID-19 ha tenido un enorme impacto en nuestras vidas y ha cambiado la forma en que vivimos, quizás para siempre. Si bien es importante reconocer la pérdida masiva de vidas y empleos, además del impacto del virus en nuestra sociedad y economía mundial, también es vital examinar las causas de esta pandemia -y de las pandemias en general-, si queremos reducir al mínimo el riesgo de brotes potencialmente mucho más perjudiciales en el futuro.

Al explorar la conexión crucial entre la crisis actual y nuestro sistema alimentario basado en productos animales, el Informe sobre Pandemias y Alimentación de ProVeg destaca cómo nuestras elecciones alimentarias ayudan a crear la receta perfecta para las pandemias zoonóticas. Al pasar a alimentos cultivados y de origen vegetal, podemos ayudar a reducir al mínimo el riesgo de futuras pandemias, así como ayudar a resolver muchos de los otros desafíos clave a los que nos enfrentamos, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el hambre en el mundo, la resistencia antimicrobiana y el aumento de otras enfermedades relacionadas con la alimentación.

La respuesta a nivel mundial a la COVID-19 ha demostrado que podemos responder de manera urgente y colectiva, y que podemos hacerlo ya. Juntos y juntas, podemos cambiar nuestros sistemas alimentarios para un mundo mejor, más sano y más resiliente.

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portada Informe Pandemias Alimentación parte 1

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RESUMEN EJECUTIVO

pandemias zoonoticas

INTRODUCCIÓN: ALIMENTOS Y PANDEMIAS – ESTABLECIENDO LA CONEXIÓN

La COVID-19 es una enfermedad zoonótica, transmitida de animales no humanos a humanos, que se ha transformado en una pandemia global. Fue reconocida por primera vez en diciembre de 2019, y desde entonces ha derivado en un cierre a gran escala de todos los aspectos de la vida humana en el mundo. Su impacto no tiene comparación en los tiempos modernos, incluyendo un total de muertes de cientos de miles de personas, así como serios efectos socioeconómicos a largo plazo. No está claro cuánto tardarán en recuperarse las economías y las sociedades, o cómo cambiará el mundo a largo plazo.

Mientras la mayor parte del foco actual se centra en los aspectos cruciales de la respuesta ante la emergencia y la contención de la crisis de la COVID-19, el Informe sobre Pandemias y Alimentación de ProVeg explora la mitigación de los riesgos y la prevención de futuros brotes atajando las causas de raíz de la aparición y la transmisión zoonótica.

La Parte I de este informe atiende a la conexión crucial entre la crisis actual de la COVID-19 y nuestro sistema alimentario global basado en productos animales. Resalta cómo nuestras elecciones en materia de alimentación ayudan a crear la receta perfecta para la aparición de pandemias zoonóticas que consiste en tres ingredientes que se refuerzan mutuamente:

(1) La destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad (promovida en gran medida por la ganadería)

(2) El uso de animales salvajes como parte de la alimentación

(3) El uso de animales de granja como alimento (en la ganadería intensiva).

La Parte I demuestra de forma crucial, cómo el riesgo de los futuros brotes zoonóticos y la severidad de su impacto se incrementan con un aumento de la demanda de productos de origen animal en el mundo globalizado actual. El informe alienta la transformación urgente del sistema alimentario global para prevenir futuras pandemias.


zoonosis enfermedades animales humanos

1. PANDEMIAS ZOONÓTICAS: VIRUS, ANIMALES Y HUMANOS EN UN MUNDO GLOBALIZADO

Las zoonosis son enfermedades de origen animal que se han transmitido a los seres humanos. Numerosas evidencias sugieren que el incremento en eventos zoonóticos está directamente vinculado al crecimiento de las interacciones de los humanos con animales, particularmente en términos de fuentes alimentarias. Nuestro apetito por la carne, los huevos y los productos lácteos nos ha conducido a un contacto cada vez más estrecho con animales domesticados y salvajes, manteniendo a más animales que nunca en espacios cada vez más confinados e invadiendo cada vez más sus hábitats. Junto con la modificación humana del medio ambiente, esto incrementa la probabilidad de que los virus salten la barrera de las especies, resultando en nuevas enfermedades zoonóticas.

En torno al 75 % de todas las enfermedades infecciosas emergentes en los seres humanos son zoonosis. Algunas de las enfermedades zoonóticas más conocidas
incluyen el SARS, el MERS, el ébola, la rabia y ciertas formas de influenza. Ya sea que hayan tenido su origen en los animales salvajes, como se asume con la COVID-19, o que lo hayan tenido en los animales de granja, como es el caso con la gripe aviar y porcina, todas ellas suponen serias amenazas para las personas y para la salud global, y ya están causando más muertes que la diabetes y los accidentes de tráfico combinados. La tasa de letalidad del 4,7 % de la COVID-19 la hace 47 veces más letal que la gripe común, y está llevando al límite los sistemas sanitarios en todo el mundo. Sin embargo, la COVID-19 no es en absoluto tan letal como otras enfermedades zoonóticas como, por ejemplo, la gripe aviar H5N1, con una tasa de letalidad de hasta el 60 %. No solo los brotes futuros pueden ser más peligrosos, los expertos y expertas coinciden en que también serán más frecuentes. Las causas de este alarmante pronóstico son de origen humano, y las más centrales están todas vinculadas con nuestro sistema alimentario global.


animales sacrificados por carne

2. TRES ACTIVIDADES RELACIONADAS CON EL SISTEMA ALIMENTARIO QUE INCREMENTAN EL RIESGO DE LAS PANDEMIAS ZOONÓTICAS

Hay tres actividades humanas relacionadas con la alimentación y la cría de animales que incrementan seriamente el riesgo de pandemias y la severidad de su impacto. La ganadería intensiva desempeña un rol clave, ya que funciona como una incubadora zoonótica a gran escala, además de ser uno de los elementos principales en la degradación medioambiental, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, así como la principal causante de la resistencia antimicrobiana.

Destrucción de ecosistemas y pérdida de biodiversidad

Estamos viviendo en medio de la sexta extinción masiva y enfrentándonos a una rápida pérdida global de biodiversidad. Nuestras acciones han repercutido duramente en más del 75 % de la superficie de la Tierra, alterando de forma significativa la prevalencia y composición de su flora y fauna.

La ganadería es uno de los elementos principales en el cambio de uso de la tierra en todo el mundo, ya que los bosques son talados para proporcionar espacio para los cultivos y los pastos para satisfacer la demanda creciente de carne. Esto deriva en intrusiones masivas en hábitats naturales y pérdida de biodiversidad. Además, el cambio climático también contribuye al incremento de la transmisión de patógenos de animales a humanos. Uno de los principales motores del cambio climático es la ganadería, responsable de un 16 % de todas las emisiones de gases invernadero y uno de los principales causantes de la degradación medioambiental.

Impulsadas por nuestras elecciones alimentarias, nuestras actividades medioambiental- mente destructivas nos están acercando más a los animales salvajes y a sus patógenos, frecuentemente desconocidos. Esto crea condiciones favorables para que los virus se transmitan y, en última instancia, activa el desarrollo de pandemias zoonóticas globales.

Animales salvajes como alimento

Cada año, millones de animales salvajes son extraídos de sus hábitats naturales, con frecuencia ilegalmente. Además, varias especies de animales salvajes se crían en entornos de granjas intensivas y antinaturales. Este procesamiento de animales salvajes proporciona una vía de entrada para los nuevos patógenos. Al gestionar, sacrificar o comer animales salvajes, los virus presentes en los animales pueden saltar la barrera entre especies.

Numerosos patógenos han sido transmitidos a los seres humanos por haber usado animales salvajes como alimento incluyendo los virus del Ébola y el de Marburgo, el VIH, el virus del Nilo Oeste y los coronavirus que causaron la pandemia global del SARS y el MERS, así como varias cepas de influenza. La COVID-19 es el resultado más reciente de transmisión zoonótica desde animales salvajes, probablemente involucrando murciélagos y pangolines.

transmision pandemia global
Animales de granja como alimento

Muchos patógenos que representan una amenaza a la salud humana se transfieren a los seres humanos desde animales de granja domesticados para el consumo. Enfermedades como la difteria, el sarampión, las paperas, el rotavirus, la viruela y la influenza A tienen su origen en animales domestica- dos. La intensificación de la ganadería y la acuicultura desempeñan un rol clave y escalan dramática- mente el riesgo de las pandemias zoonóticas.

Acumular grandes cantidades de individuos genéticamente similares en entornos insalubres de alta densidad que inducen a una salud pobre y a altos niveles de estrés, aumenta seriamente las posibilidades de que se produzcan transferencias patogénicas entre los animales salvajes y los animales de granja y, en última instancia, los seres humanos. La ganadería industrial es muy parecida a una placa de Petri a gran escala, proporcionando las condiciones perfectas para que los virus emerjan, se transmitan y crucen las barreras entre especies. Cada nueva granja industrial incrementa el riesgo de la siguiente transferencia vírica, así como el de la siguiente pandemia zoonótica.

Debido al aumento de la población mundial y sus niveles de prosperidad, la producción global de carne, huevos, lácteos, pescado y marisco en instalaciones de producción intensiva prevé un incremento del 15 % para 2028.

Si bien la COVID-19 no se originó en granjas industriales ni en mataderos, ha encontrado su camino hasta ellos de todas formas. Con sus múltiples impactos, la pandemia actual ha demostrado la profunda vulnerabilidad y fragilidad de la industria ganadera, así como toda una serie de serias implicaciones éticas y económicas para los seres humanos, los animales y el sistema alimentario.


3. ENFERMEDADES RELACIONADAS CON LA ALIMENTACIÓN Y OTROS FACTORES QUE INCREMENTAN EL IMPACTO DE LAS PANDEMIAS

Además de los riesgos de los nuevos patógenos emergentes, hay otros factores que pueden exacerbar aún más el impacto general de las pandemias zoonóticas, ya que todos suponen riesgos adicionales para la salud individual y los sistemas de salud. De nuevo, todos están relacionados con comer y criar animales.

Resistencia antimicrobiana (RAM)

A nivel mundial, las infecciones de resistencia antimicrobiana acaban al menos con 700.000 vidas cada año. Las Naciones Unidas han declarado la resistencia antimicrobiana como un riesgo para la salud global, enfatizando que este número podría alcanzar una cifra anual de 10 millones en 2050.

La ganadería es la principal responsable del desarrollo de la RAM. A nivel mundial, más del 70 % de los antibióticos (incluyendo los de último recurso) se usan en animales en granjas intensivas para prevenir pérdidas causadas por las pobres condiciones de crianza y explotación, así como para acelerar su crecimiento y los beneficios, más que para el tratamiento de los seres humanos.

Con cepas de bacterias multirresistentes emergiendo a ritmos alarmantes, el mundo está al borde de una era post-antibiótica. Sin tratamientos efectivos para infecciones bacterianas secundarias, las futuras pandemias están a punto de empeorar, dejando a los profesionales sanitarios sin recursos frente a una amenaza que pensábamos que habíamos superado.

Otras enfermedades transmitidas por los alimentos

Además de su involucración en la transmisión de virus y el desarrollo de la RAM, los productos animales también suponen otros riesgos directos para la salud que pueden empeorar el impacto de una pandemia zoonótica. Hay toda una serie de enfermedades transmisibles que están asociadas con la producción y el consumo de productos animales como la campylobacter, la salmonella y la E.coli. Muchas de ellas ya han desarrollado cepas que son resistentes a los antibióticos.

Enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación

Si bien ahora todos los ojos están puestos en las enfermedades transmisibles, es importante recordar que, en muchos países, la mayor carga para el sector sanitario y la calidad de vida de las personas suele tener otros orígenes. En los países con mayores ingresos, 9 de cada 10 causas de muerte son enfermedades no transmisibles. Estadísticamente, las enfermedades crónicas constituyen, con mucho, la mayor de las pandemias, y ni la distancia social ni los procedimientos de higiene recomendados pueden protegernos de ellas.

ay cuantiosas evidencias de que las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta como la obesidad, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, así como algunas formas de cáncer, son más probables debido al consumo excesivo de productos de origen animal. Todas estas condiciones constituyen serias amenazas para las personas y para la salud pública. Además, situan a la gente en un grupo de alto riesgo durante una pandemia, como la de la COVID-19, añadiendo aún más presión sobre la salud individual y los sistemas sanitarios.


ejemplos enfermedades zoonóticas

CONCLUSIÓN

La receta para el desastre es sorprendentemente simple: un animal, una mutación, un ser humano y un punto de contacto son todo lo que hace falta para que una pandemia global pase a ser una realidad y detenga el mundo.

Esto hace del uso de animales como fuente de alimentación –y de la ganadería intensiva en particular– el comportamiento humano más peligroso en relación con las pandemias, así como uno de los comportamientos más peligrosos en relación con la supervivencia a largo plazo de la sociedad humana.

Establecer la conexión entre nuestro desfasado sistema alimentario global y la pandemia actual y otras futuras pandemias potenciales es un primer paso crucial hacia la comprensión de la causa raíz de las pandemias y la identificación de soluciones para prevenir futuros brotes. Transformar el sistema alimentario global reemplazando productos de origen animal con alternativas cultivadas o de origen vegetal proporciona una solución a múltiples problemas, previniendo no solo futuras pandemias, sino además contribuyendo a mitigar grandes crisis paralelas como el cambio climático, el hambre mundial y la resistencia a los antibióticos.

La Parte II del Informe sobre Pandemias y Alimentación, que será publicada a finales de 2020, explorará el camino hacia las soluciones, mostrando los alentadores desarrollos que ya están teniendo lugar, además de las oportunidades emergentes y las llamadas concretas a la acción, con el fin de inspirar las acciones necesarias entre las personas con capacidad de toma de decisión y cambio en los sistemas alimentarios.

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