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Científicos europeos afirman que hay que reducir el consumo de alimentos de origen animal para frenar el cambio climático.
junio 1, 2018
El informe apunta directamente al ganado como causa mayor en la emisión de gases de efecto invernadero, la desforestación, la escasez de agua dulce, y la ocupación de tierra fértil
Cada vez se va ampliando más el consenso sobre el enorme perjuicio que supone para el planeta el consumo de carne y lácteos. La EASAC publicó recientemente “Oportunidades y desafíos para la investigación sobre seguridad alimentaria y nutricional y agricultura en Europa”. El estudio aborda formas en la que nuestra alimentación podría ser modificada para mejorar nuestra salud y el medio ambiente.
Según el profesor Joachin Von Braun, copresidente del proyecto, “hay que revisar el enfoque de los sistemas alimentarios para mitigar algunos de los problemas más apremiantes de nuestros días“. Además añade que “es necesario que haya una iniciativa científica interdisciplinar, que pueda abordar la complejidad de los sistemas alimentarios”.
El informe subraya algunas medidas para reducir el impacto de la industria cárnica. Aun así, ni aplicando estas medidas sería suficiente para alcanzar los objetivos mínimos de reducción de gases de efecto invernadero. Para influir de verdad en ese aspecto, tal y como asegura el Dr. Robin Fears de la EASAC, “hay que cambiar los patrones de alimentación y reducir el consumo de carne y lácteos”.
Los autores afirman que “si todos adoptáramos las guías de alimentación de la OMS, la mortalidad se reduciría un 10%”. Del mismo modo, se reducirían “las emisiones de gas de efecto invernadero provenientes de nuestra dieta en un 70% para el 2050”. Con estos datos, la EASAC espera influir en la creación de nuevas políticas en el sistema alimentario europeo.
Artículo escrito por Marcel Tarazona para ProVeg España.