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«Jurassic World 2: El reino caído» es un alegato por los animales
julio 24, 2018
La saga volvió en 2015 con una declaración manifiesta ya en el título, que pasaba de «parque» (Jurassic Park) a «mundo» jurásico (Jurassic World). Llegaba proyectando una verdad incómoda: es hora de repensar cómo los humanos tratamos al resto de animales.
«Jurassic World 2: El reino caído» es un alegato por los animales. Muestra a una sociedad dividida entre quienes empatizan con los dinosaurios y quienes solo los ven como un producto de mercancía más.
¿Salvar a una especie en peligro de extinción o dejar que sea arrastrada por la erupción de un volcán? A esa disyuntiva se enfrentan los protagonistas de la película, cuya trama nos deja tres mensajes principales:
Los animales también sienten
Son sintientes y, por lo tanto, sufren como nosotros. Lo podemos ver en una escena de la película capaz de reblandecer a una roca volcánica. Pongamos en el lugar del braquiosaurio a un elefante, un perro o un humano, tanto da. La cuestión es que a pesar de las múltiples diferencias, hay una similitud poderosa: la capacidad de sentir y empatizar.
Aún vivimos en el «jurásico» de la empatía
El resto de los animales también son capaces de ponerse en la piel de un ser humano. Lo vemos en esta película y en la anterior, en la relación entre Owen Grady y Blue, la velociraptor a la que entrena. La pertenencia a distintas especies no impide que esta última acabe compartiendo los sentimientos de su maestro. Sin embargo, los humanos no hemos desarrollado al máximo esta capacidad. A veces parece que hemos involucionado, que nos quedamos en el «jurásico» de la empatía.
Salvarlos está en nuestras manos
Uno de los mejores elementos de la película es el Grupo de Protección de los Dinosaurios (GPD). Su propuesta es crear un santuario «sin vallas, jaulas ni turistas» para los supervivientes de Isla Nublar. La productora de la película ha abierto una página web oficial en la que proclama que «El GPD fue fundado bajo el principio de que los dinosaurios no viven para que nosotros experimentemos con ellos o los explotemos para nuestro lucro». Esta organización ficticia recuerda a los colectivos que luchan para defender a todos los tipos de animales. Lo cierto es que solo los humanos podemos revertir la explotación animal que ha provocado nuestra especie.
Esta sensibilidad hacia los animales también la encontramos en las recientes entregas de la franquicia de El planeta de los simios, por ejemplo, que ya no son solo películas de acción, sino que contienen un mensaje de crítica. El cine expande así el mensaje de las organizaciones que defienden a los animales y que, muchas veces, no llega a un circuito tan masivo como el de los taquillazos de Hollywood.
Artículo escrito por Aída Cerón para ProVeg España.