Cuando alguien decide seguir una alimentación vegetal, en la mayoría de los casos no se hace normalmente porque no guste el sabor de la carne o de los productos animales. Por lo que el sabor original no es un problema, y querer seguir disfrutando de ellos, sin implicaciones negativas, es totalmente lícito. Por otro lado, una persona puede optar por consumir productos vegetales por razones de salud, medio ambiente, justicia social o los animales, es decir, una vez más, el sabor de la carne no es el problema en sí.

Es habitual y normal que una persona que haya decidido consumir productos vegetales lo haga precisamente porque le recuerdan a los sabores a los que está acostumbrada. Debemos ser conscientes de que la mayoría de las personas que siguen una alimentación basada en plantas ha comido carne y todo tipo de productos animales a lo largo de toda su vida (al menos por suele ser el caso) debido al entorno en el que se criaron. Y renunciar a ellos de un día para otro puede ser una tarea complicada. Si una persona puede preparar los platos a los que está acostumbrada, pero quitando los aspectos negativos, ¿por qué no hacerlo?

La función que cumplen los productos vegetales que imitan al sabor de la carne es también facilitar esa transición y adopción de una alimentación (más) vegetal. Y, como consecuencia, ayudan a sumar a más personas a la tendencia, lo que a su vez supone un sistema alimentario más sostenible, saludable y ético. Recuerda que al abandonar el consumo de productos animales estaremos salvando 30 vidas animales cada año y reduciremos hasta en un 50 % las emisiones relacionadas con la alimentación.

Por otro lado, este tipo de productos alternativos también nos facilitan la vida social y la integración. Por ejemplo, si vamos a una barbacoa con amigos, seguramente prefiramos no destacar por ser quienes comen una parrillada de verduras y también nos gustaría comer salchichas, embutidos y hamburguesas como las demás personas. Es decir, los productos vegetales que imitan a la carne también ayudan a la normalización de una alimentación vegetal.

Además, estos productos son fabulosos para aquellas personas flexitarianas y omnívoras que quieren probar nuevos productos.

¿Las alternativas vegetales a la carne son imprescindibles?

No. Como hemos visto, pueden ser productos que faciliten mucho la vida de las personas veggies, pero en ningún caso son imprescindibles ni necesarios. Hay personas incluso que evitan su consumo ya que pueden ser demasiado realistas y, con el tiempo, ya habían creado un rechazo a esos sabores o simplemente pueden resultar demasiado condimentados y fuertes. 

Además, es importante tener en cuenta el impacto medioambiental de la distribución de algunos productos. Siempre que puedas, elige productos con el mínimo de plástico posible y que no vengan de la otra punta del mundo.

¿Cuáles son las carnes vegetales más demandadas?

Según el estudio Smart Protein publicado por ProVeg International, todavía hay mucho margen de actuación para los productos y ofrecer alternativas a las carnes vegetales con bastantes garantías de éxito. Según los datos obtenidos, los productos más demandados por la población española son la pechuga, la hamburguesa y la carne picada vegetales. 

Una de las empresas que hay en España liderando ahora mismo esta innovación es Zyrcular Foods. Gracias a la tecnología, están logrando que piezas creadas a partir de guisantes, garbanzos o lentejas logren tener una forma casi idéntica a la carne, incluso con fibras y sangrado.

Estos productos lo que facilitan es que la transición hacia una dieta plant-based sea mucho más sencilla y rápida. Además, desde que somos pequeños/as, nuestro paladar se acostumbra y desarrolla el gusto por determinados sabores, por ello muchos prefieren productos que han comido durante toda su vida. Pero no podemos olvidarnos de que todos estos productos deben servir solamente de complementos y que una alimentación saludable debe basarse en frutas, verduras, legumbres, cereales y semillas.